Otro ataque a la educación de la dupla M+M

Peligra centro educativo para chicos de la calle

      ISAURO ARANCIBIA

      La acometida ideológica de la dupla Macri+Michetti, se manifiesta en todos los campos, no sólo es visible por su inocultable sociedad con los torturadores genocidas de los 70, sino que sus ataques están dirigidos a los mismos blancos de aquella época, por ejemplo la educación y a los luchadores por una educación igualitaria para todos, como es el caso de Isauro Arancibia, de quien toma su nombre este centro educativo. El maestro Arancibia, ejerció el cargo de Secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Tucumán, fue fusilado el 24 de marzo de 1976. El dirigente jugó un rol clave para la unidad de lucha del sindicalismo en aquella provincia y la unidad de los gremios docentes en todo el país. También fue la primera víctima del terrorismo de Estado en la provincia tucumana.

El Gobierno de la Ciudad abrió un nuevo frente de batalla contra la educación pública porteña. Esta vez, la víctima es el Centro Educativo Isauro Arancibia (El tucumano Isauro Arancibia fue fundador de Ctera. El genocida Bussi lo hizo secuestrar el 24 de marzo del 76). Una institución fundada hace diez años por su actual coordinadora, Susana Reyes, y la única en la ciudad que asiste a chicos en situación de calle. Se trata de un espacio que escapa a los cánones tradicionales de la educación formal, y en donde la confianza entre docentes y pibes es crucial.

La primera medida tomada por el gobierno porteño contra el Isauro fue intentar un cambio en la coordinación duramente resistido por los docentes. Luego llegó el anuncio de que se concursarían los cargos docentes y tras ello la desarticulación de los talleres de formación profesional que hoy brinda el centro.

“Que se concursen cargos docentes sería muy perjudicial para el proyecto”, explicó Sergio, quien trabaja hace ocho años allí. Ello estaría dado porque “en el Isauro, a diferencia de otros centros, la confianza es lo más importante. Acá el pibe si llega tarde, entra y aprovecha el tiempo que está. Nosotros entendemos que hay chicos que cartonean todo la noche y después hacen el esfuerzo de levantarse para venir. En otras escuelas no los dejan entrar si llegan fuera del horario. Le damos una mano con la documentación, con sus problemas familiares, con el dentista. Contenemos a un grupo que está por fuera de la educación formal. Las escuelas tienen límite de edad. Si tenés 13 años y sos repetidor te mandan a adultos, acá pueden venir. Cada vez vienen chicos más chicos. Esto quiere decir que la escuela común cada vez expulsa más gente”.

La base del trabajo en el Isauro es el afecto y la confianza. “Los pibes de la calle son chicos que han cortado los lazos con la sociedad. A partir de aquí construyen sus vínculos. El pibe no viene porque el centro tiene un proyecto educativo impresionante, sino porque es la escuela de Sergio, de Susana, de Martina. Son nenes que perdieron todo, es injusto que pierdan también esto”, puntualizó Susana.

Para quienes le ponen el cuerpo al proyecto, las diferencias de criterio con los funcionarios de la cartera educativa tienen una nítida raíz ideológica. “Les molesta como pensamos. La supervisión que nos baja los contenidos año a año, califica el terrorismo de Estado como Proceso de Reorganización Nacional. Además, la primera efemérides importante del año es el 2 de abril y no el 24 de marzo, para ellos en esta fecha no pasó nada”, detalló Susana. Además la coordinadora aseguró que hay una manifiesta discriminación contra el centro y contra sus docentes. “Nosotros somos maestros de un Centro Educativo, la reunión la tenemos en la supervisión con 60 maestros de centros. A partir de este año no nos dejan ir más a esas reuniones. La supervisora Patricia Castagna, le dijo a su autoridad que no quiere trabajar más con nosotros. Por eso hicimos la denuncia en el Inadi, en la Defensoría del Pueblo y en la Junta de Disciplina Docente.”

La realidad es que el futuro del Isauro es incierto. Con los cargos concursados y sin talleres de formación, la desarticulación del proyecto para los docentes parece inminente. “El riesgo es que llegue alguien al que no le interese el proyecto, que no venga, que no le interesen los pibes, que no tenga compromiso militante. Porque más allá de lo curricular en este tipo de trabajo lo que importa es la cuestión afectiva y el vínculo con el pibe.”

La escuela que nació hace diez años, cuando Susana Reyes abrió un centro de alfabetización que tuviera como principales destinatarios a los integrantes del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI), y de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (Ammar), hoy cuenta con más 180 alumnos y alimenta a más de 100 chicos.

La experiencia creció apoyada por el Servicio Paz y Justicia (Serpaj), que ya contaba con un programa de operadores de calle para contener a los chicos que dormían en la zona de Plaza Constitución, ha multiplicado su cantidad de alumnos en base a la construcción de una identidad colectiva.

El Centro Isauro Arancibia funciona en el Instituto de Formación Profesional de la Uocra y sus alumnos provienen, en su mayor parte de Constitución. Allí los chicos que menos tienen comienzan a referenciarse, a tener un nombre, a ser parte de algo. “Estos pibes no existen en ningún lado. Pero a partir de que vienen acá empiezan a existir. Por lo menos están en un registro escolar. Que se vea, molesta; que se vea, fastidia. Quizá esa sea la razón para querer destruir este proyecto”, reflexionó Susana. [Diario Miradas al Sur: Agustín Alvarez Rey]